Psicología
30/11/2023
5
min

Una persona de mi entorno me ha dicho que quiere suicidarse: ¿qué puedo hacer?

En España el año pasado se suicidaron 4 097 personas, lo que representa una media de 11 suicidios al día. Una cifra que no para de aumentar, sobre todo entre los adolescentes, convirtiéndose en la primera causa de muerte entre los jóvenes de 12 y 29 años. Los datos son alarmantes. El suicidio no entiende de edad, género o estatus social, cualquier persona puede tocar fondo y no encontrar la salida. Lo peor es que este suele ser un tema sobre el que casi nadie habla, ya sea por incomodidad o vergüenza, de manera que a veces somos conscientes de la magnitud del problema cuando es demasiado tarde para la otra persona.

De ahí la importancia de buscar ayuda si una persona de tu entorno te dice o sospechas que quiere suicidarse. Existen diferentes vías disponibles como la Línea 024 de Atención a la Conducta Suicida, activa las 24 horas durante los 365 días del año de forma gratuita, dedicada a atender a las personas con pensamientos, ideaciones o conductas suicidas y a sus familiares y allegados. También puedes contactar con los servicios sanitarios del SNS, instituciones no gubernamentales como el Teléfono de la Esperanza o acudir a un psicólogo. Sin embargo, hasta que puedas hablar con alguno de estos profesionales, la manera en la que gestionas los pensamientos y/o conducta suicida de esa persona puede marcar la diferencia.

Pensamientos suicidas: ¿Qué son y cómo se manifiestan?

El primer paso para prevenir un suicidio consiste en reconocer los pensamientos suicidas en la otra persona. Los pensamientos suicidas no son más que ideas recurrentes relacionadas con quitarse intencionalmente la vida. Estos pensamientos pueden ser más o menos intensos, abarcando desde el simple deseo de morir hasta la planificación concreta de cuándo y dónde quitarse la vida, en cuyo caso ya se trata de una ideación suicida. A menudo surgen tras episodios de intenso dolor, sufrimiento emocional o estrés, en momentos especialmente sensibles que consumen los recursos psicológicos de la persona y la dejan indefensa, impotente y sin ninguna salida aparente.

En palabras del psicólogo experto en suicidio Thomas Joiner, sentirse una carga para los demás y perder la conexión social con las personas del entorno son los principales factores de riesgo en el desarrollo de los pensamientos suicidas. Esto ya que, contrario a lo que creen muchas personas, la mayoría de quienes tienen pensamientos suicidas no pretenden acabar con su vida porque no les gusta, sino terminar con el dolor y la sensación de indefensión que experimentan. De ahí que, independientemente de que la otra persona confiese su intención de suicidarse o no, es habitual que:

-       Se muestre abatida y triste

-       Tenga una actitud apática y desinteresada

-       Se sienta desmotivada

-       Se aleje de sus familiares y amigos

-       Pierda la capacidad de disfrutar de actividades que antes le gustaba

-       Prefiera pasar cada vez más tiempo a solas

-       Pueda mostrar signos de vergüenza o culpabilidad

-       Manifieste sentirse como una carga para los demás

-       Tenga comportamientos fuera de lo común, como beber o consumir drogas

Sin embargo, es importante tener en cuenta que el suicidio puede tener muchas caras. A veces los pensamientos suicidas se ocultan tras una conducta marcada por la desmotivación, el hastío y la soledad. Incluso, una persona aparentemente feliz, con una vida normal y satisfactoria también puede tener pensamientos suicidas y esconder en su interior una gran tristeza y sensación de vacío. En estos casos, es más difícil detectar las ideaciones suicidas porque a menudo se ocultan detrás de una fachada que nos engaña, pero si prestas la suficiente atención y te muestras accesible para que la otra persona pueda abrirse, podrás detectar esas señales y conseguir que hable al respecto.

¿Por qué es importante hablar del suicidio y buscar ayuda especializada?

A pesar de que cada vez hay más información sobre el suicidio al alcance de la mano de cualquier persona, todavía hoy este tema sigue siendo un tabú. Ya sea por vergüenza, sensación de incomprensión o estigmatización, muchas personas evitan hablar sobre sus pensamientos suicidas, de la misma manera que aquellos que les rodean prefieren no preguntar para evitar una situación incómoda en la que tampoco sabrían cómo reaccionar. Sin embargo, mientras evitamos este tema, miles de personas se suicidan cada año.

Por eso, es importante visibilizar el suicidio, hablar abiertamente sobre este tema y sus consecuencias e, incluso, buscar ayuda especializada para orientarnos sobre qué hacer y cómo actuar ante los pensamientos suicidas de un amigo o familiar. Este simple gesto puede marcar una gran diferencia ya que como corroboró un estudio realizado en Londres en un grupo de sobrevivientes de intento de suicidio, muchas de las personas que cometen un acto suicida suelen hablar antes al respecto con una persona cercana, pero como a menudo sienten que los invalidan, ignoran o rechazan siguen adelante con sus planes. Sin embargo, si bien es cierto que no siempre es fácil darse cuenta de estas señales, estar dispuestos a escuchar a la otra persona, visibilizar este tema y hablar sobre él abiertamente puede ser fundamental en la prevención del suicidio.

Ten en cuenta que muchas de las personas con pensamientos suicidas se sienten culpables, tienen la sensación de que son una carga para los demás y/o se sienten rechazados o invisibilizados por el resto. De ahí que mostrarse accesibles y escuchar lo que tienen que decir, brindar apoyo, fomentar el vínculo emocional y saber cómo actuar puede ayudar a salvar a esa persona. A fin de cuentas, a veces lo que se necesita para prevenir un suicidio es contar con alguien dispuesto a escuchar y colaborar de la mejor manera posible.

Primeros auxilios psicológicos para ayudar a una persona con pensamientos suicidas

Ya sea que un amigo o familiar te confiese que tiene pensamientos suicidas o sospeches que podría tenerlos, tu actitud y la forma en la que gestiones ese momento puede marcar una gran diferencia y prevenir el suicidio. Lo primero será conservar la calma e intentar no reaccionar de manera exagerada ya que esto puede alejar a la otra persona. Luego, intenta buscar un espacio adecuado en el que podáis estar solos y hablar con tranquilidad. Entonces, pon en práctica estos recursos psicológicos:

1. Escucha atentamente, sin juzgar

Poder hablar abiertamente, sin contener las palabras ni las emociones, tiene un enorme poder catártico. Por eso, una de las herramientas psicológicas más efectivas para ayudar a una persona con pensamientos suicidas consiste en escuchar atentamente todo lo que tiene que decir. Si quieres animarlo a hablar y que se sincere, puedes preguntarle por qué se siente así o desde hace cuánto tiempo tiene esos pensamientos.

En cambio, evita juzgar o criticar su razonamiento y/o comportamiento. No utilices frases como “no creo que sea para tanto” o “muchas personas pasan por lo mismo y no piensan en quitarse la vida”. Ten en cuenta que cada persona asume los eventos de manera diferente y criticar su forma de afrontar dichas circunstancias no le ayudará, sino todo lo contrario, hará que se sienta incomprendido. 

2. Escucha, incluso cuando no habla

No todas las personas tienen la misma facilidad de palabra para expresar sus emociones, a algunas realmente les cuesta explicar lo que están sintiendo. Sin embargo, no solo expresamos lo que sentimos a través de las palabras, sino también a través de los silencios, la actitud y el comportamiento, por lo que también deberías estar atento a estas señales. Por ejemplo, si la otra persona no es capaz de responderte cuando le preguntas si el motivo de su tristeza es su reciente divorcio y guarda un largo silencio, esta puede ser su manera de decirte que la separación de su pareja le está causando mucho dolor.

Asimismo, si se muestra distante emocionalmente, mantiene una actitud apática y desinteresada o evitar hablar contigo sobre lo que siente usando frases como “da igual” o “total, si a nadie le importo”, puede ser también una manera de transmitir su desmotivación, hastío y profunda tristeza. En este caso, muéstrate receptivo a escuchar lo que piensa y pídele que confíe en ti.

3. Valida sus emociones

Uno de los motivos más habituales por lo que muchas personas tienen pensamientos suicidas o, incluso, llegan al suicidio consiste en que sienten ignorados y rechazados por el resto. A menudo, creen que quienes les rodean no son capaces de comprender sus emociones y pensamientos, por lo que levantan una especie de muro emocional para evitar que puedan acceder a su mundo interior. Por eso, un paso fundamental al tratar con una persona con pensamientos suicidas consiste en validar sus emociones y hacerle saber que es completamente comprensible que se sienta así.

Sé empático y dile que puedes imaginar el intenso dolor, vacío o estrés por el que está atravesando. Evita restar importancia a su experiencia con frases como “yo también perdí a mi pareja y nunca pensé en suicidarme” o “ya es momento de que dejes atrás esa historia y sigas adelante”. En lugar de ayudarle, puedes transmitirle la sensación de que no comprendes ni validas lo que está sintiendo.

4. Habla sobre el suicidio

Una creencia muy extendida sobre el suicidio afirma que es mejor no mencionar el tema a una persona con pensamientos suicidas ya que, de hacerlo, podrías animarla a intentarlo. Sin embargo, visibilizar y hablar sobre el suicidio no solo es necesario, sino que puede ser positivo ya que ayuda a la otra persona a normalizar este tema y ver que no es algo que solo le afecta a él/ella sino que es un problema común. Si te resulta incómodo utilizar el término suicidio, puedes preguntar si alguna vez ha pensado en acabar con todo.

Si la respuesta es afirmativa, evalúa el riesgo y pregúntale si es algo sobre lo que ha pensado en algún momento en particular o una idea a la que le da vueltas de vez en cuando. Anima a la otra persona a que hable abiertamente sobre estos pensamientos, esto ayudará a reducir su vergüenza o estigma sobre el tema, el primer paso para buscar ayuda profesional.

5. Evita los consejos vacíos y simplistas

Estar ante una persona con pensamientos suicidas, sobre todo si es alguien a quien queremos, no es fácil. Es normal que por nuestra mente pasen cientos de consejos que creemos que realmente pueden ayudarle. Sin embargo, este es uno de los errores más comunes al hablar con una persona con pensamientos suicidas. Brindar consejos a diestra y siniestra puede empeorar su estado, ya sea porque se sobresature o piense que en realidad no le comprendemos. Por tanto, en estas situaciones lo mejor es evitar los consejos vacíos del tipo “igual te sentirías mejor si intentases encontrar a otra pareja” o “podrías superarlo si sales de fiesta con los amigos”.

En estos casos, lo ideal consiste en brindar tu apoyo y reservarte los consejos, sobre todo cuando no ofrecen una ayuda real. Antes de aconsejar, primero ponte en el lugar de la otra persona y piensa si realmente querrías que te dieran ese consejo. Si tu respuesta es afirmativa, entonces piensa si crees que podría ayudarle a la otra persona, de lo contrario, resérvatelo.

6. Busca razones para motivarla

Darle a una persona con pensamientos suicidas motivos para vivir no es fácil. Sin embargo, en una situación de riesgo es fundamental facilitarle razones a las que pueda agarrarse hasta que busque ayuda profesional. Puedes decirle cómo afectaría su pérdida a las personas de su entorno, sobre todo a aquellas que más le quieren, o si lo prefieres, puedes preguntarle su opinión acerca del impacto que tendría su ausencia en su familia o, incluso, en ti mismo/a.

Esta es también una manera de evaluar la gravedad de la situación. Si la persona te contesta que está segura de que nadie la echaría de menos o que igualmente lo superarían rápidamente, el riesgo es muy alto y deberías animarla a buscar ayuda profesional inmediatamente. Si te contesta que sabe que su pareja, hijos o padres sufrirían con su pérdida, pero no puede soportarlo más, aprovecha esa información para darle un motivo para aferrarse a la vida.

7. Anímalo a buscar ayuda profesional

Independientemente de cuán bien crees que haya salido la conversación es fundamental que animes a la otra persona a buscar ayuda profesional. Si crees que la situación es seria, llama a la Línea 024 de Atención a la Conducta Suicida y quédate a su lado hasta que sea atendido. Si consideras que su vida corre peligro, retira todas las armas que pueda haber en el lugar como cuchillos o sustancias letales, llama al 112 y ponte en contacto con otras personas de tu entorno que puedan ayudarte.

Si consideras que la situación no es tan grave, ayúdale a buscar y concertar cita con un profesional de la Psicología que pueda brindarle la atención especializada que necesita. Si es posible, acompáñalo a la consulta presencial o mantente cerca y accesible si se trata de una consulta online. En Therapyside puedes concertar una cita con un psicólogo tanto para que esa persona reciba tratamiento psicológico como si quieres informarte y saber cómo actuar. Disponer de la atención psicológica adecuada puede ayudar a prevenir el suicidio.

Recuerda que, si una persona de tu entorno se acerca para pedirte ayuda, es importante que le brindes tu apoyo y le hagas saber que estás ahí para lo que necesite. Si crees que no está en condiciones de tomar ninguna decisión, anímalo a buscar ayuda profesional y quédate a su lado hasta que el riesgo pase. Mantenerte involucrado o atento a su recuperación puede brindarle el apoyo que necesita para superar esta etapa.

Puedes contar con un psicólogo online en Therapyside para seguir profundizando en tus emociones, priorizarte y cuidar tu bienestar psicológico. Si este artículo te ha ayudado a comprender mejor este tema, ¡esperamos que te sientas más empoderado para vivir una vida sin limitaciones!

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