Depresión
2/5/2023
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Señales para identificar si tu hijo sufre bullying y algunas claves para gestionarlo

¿Sabías que en España 7 de cada 10 niños sufre bullying? Se trata del séptimo país con más casos de acoso escolar del mundo, sólo superado por países como Estados Unidos o México, según indica el último informe realizado por la Organización Internacional Bullying Sin Fronteras. Un fenómeno que también afecta a adolescentes y jóvenes y que, a pesar de los diversos programas de prevención, cobra cada vez más fuerza en las redes sociales. De hecho, aunque se estima que cerca del 85% de los casos de acoso escolar siguen manifestándose en la escuela, la violencia física ha sido sustituida por las amenazas, humillaciones, burlas e insultos que se perpetúan a través de internet.

Como en muchos de estos casos no hay marcas físicas evidentes, el acoso pasa desapercibido hasta que el problema ha tomado forma y sus consecuencias son devastadoras. El miedo a las represalias, la vergüenza o la culpa por no poder hacer nada al respecto son algunos de los motivos más comunes que llevan a las víctimas a silenciar este problema y a no buscar apoyo en sus padres, profesores o una figura de autoridad. Sin embargo, lo cierto es que, cuanto más pasa el tiempo, más difícil es romper el vínculo de poder con el agresor y recuperar el control de la situación. Por eso, es importante que los padres estén atentos a las primeras señales que puedan indicar que su hijo está siendo víctima de bullying para tomar cartas en el asunto cuanto antes.

La importancia de aprender a identificar si tu hijo sufre bullying

Hoy la mayoría de los padres son conscientes de la existencia del bullying y están preparados para desvelar el más mínimo signo de agresión física en sus hijos. De hecho, cualquier indicio de que sus hijos han estado involucrados en una pelea en el colegio se convierte rápidamente en una señal de alerta. Sin embargo, lo cierto es que el bullying, entendido como esa serie de amenazas hostiles, físicas o verbales, que se repiten en el tiempo y tienen el poder de angustiar a la víctima y establecer un desequilibrio de poder con su acosador, no siempre deja huellas visibles.

A veces, el acoso no se reduce a una simple pelea, sino que toma forma a través de las burlas, las humillaciones o los insultos, ya sean en persona o a través de las redes sociales. En otras ocasiones, se manifiesta de manera más sutil a través de la intimidación o el aislamiento que se mantiene en el tiempo sin que exista una causa aparente. Y, en estos casos, percatarse de lo que sucede suele ser más complicado, aunque no por ello deja de ser importante. Más allá de sus implicaciones físicas, emocionales y/o sociales a corto plazo, el bullying puede causar severas consecuencias psicológicas en el tiempo.

De hecho, ¿sabías que el bullying es una de las principales causas de suicidio entre adolescentes y jóvenes en España? Se estima que las víctimas de acoso escolar tienen casi 2,2 veces más riesgo de tener ideaciones suicidas y 2,5 veces más probabilidades de cometer un intento de suicidio. Asimismo, puede tener una enorme influencia negativa en la autoestima ya que, con el tiempo, es habitual que estos niños o jóvenes comiencen a mostrarse inseguros, se aíslen del mundo y pierdan la confianza en sí mismos.

De la misma manera, los niños y adolescentes que sufren bullying tienen más riesgos de sufrir ansiedad y depresión, a la vez que tienen mayores problemas con el control de sus emociones y el desarrollo de sus habilidades sociales, un fenómeno que no sólo repercute en sus relaciones con los amigos, sino también con sus padres. Además, se conoce que ser víctima de acoso aumenta las probabilidades de desarrollar una psicopatología, la predisposición al abuso de sustancias en la juventud y el riesgo de abandono escolar.

De ahí que resulte fundamental estar atento a las primeras señales que puedan indicar que tu hijo está siendo víctima de acoso escolar para tomar cartas en el asunto cuanto antes y evitar estas consecuencias negativas.

Señales de alerta de que tu hijo podría estar sufriendo bullying

El bullying ha existido siempre, pero con el paso del tiempo ha ido “evolucionando”. Desde que el psicólogo noruego Dan Olweus se interesase por estudiar el impacto del acoso escolar y su prevención allá por el año 1982, el bullying no ha parado de cambiar para adaptarse a las circunstancias de cada época. Hoy el acoso físico no es tan frecuente como en generaciones anteriores pero, en cambio, han surgido nuevas formas más sutiles de acoso escolar con el auge de la tecnología e internet que, como no dejan marcas evidentes, suelen ser más difíciles de reconocer.

Sin embargo, aunque el ciberbullying, el acoso social o psicológico no sean tan fáciles de identificar a simple vista, en realidad dejan una profunda huella psicológica que es posible detectar si mantienes una buena comunicación con tus hijos y prestas más atención a lo que ocurre en sus vidas. He aquí algunas señales cotidianas que pueden alertarte de que tu hijo podría estar siendo víctima de acoso escolar:

  • Cambios frecuentes de humor. Si notas que tu hijo está más estresado, irritable, triste o ansioso que de costumbre es probable que tenga algún problema. Y, si este comportamiento persiste sin causa aparente, podría ser una señal de que está siendo víctima de bullying.
  • Disminución del rendimiento escolar. El acoso escolar impide que los niños y jóvenes puedan centrarse en los estudios, por lo que es habitual que, si tu hijo está siendo acosado en el colegio, su rendimiento escolar disminuya y tenga peores resultados académicos.
  • Actitud negativa hacia el colegio. Si un niño o adolescente que nunca antes había tenido problemas con el colegio comienza a inventarse excusas para no ir a clase, dice que odia ir a la escuela o ya no quiere quedar con sus compañeros es probable que tenga algún problema en el ámbito escolar.
  • Aislamiento social. Algunos niños y adolescentes suelen ser más introvertidos que otros. Sin embargo, si notas que tu hijo pasa mucho tiempo solo, se distancia de sus amigos o evita acercarse a sus compañeros del colegio quizá pueda estar siendo víctima de acoso escolar.
  • Quejas somáticas. Muchas veces los niños o adolescentes no encuentran las palabras para expresar lo que sienten o lo que les preocupa, de manera que terminan somatizando ese malestar. En este sentido, los cambios en el apetito, los problemas gastrointestinales, los dolores de cabeza o las lesiones en la piel son algunas de las maneras más comunes de somatizar los problemas que puede tener en el colegio.
  • Alteraciones en los hábitos cotidianos. Todos los niños y adolescentes atraviesan etapas en las que cambian sus hábitos alimentarios o de sueño. Sin embargo, si notas que estos cambios se extienden en el tiempo sin una causa aparente, es posible que puedan ser una manifestación de sus problemas en la escuela.
  • Regresión a etapas anteriores. En muchos casos, cuando los niños o jóvenes están sometidos a una gran tensión, víctimas del acoso escolar, asumen comportamientos típicos de etapas anteriores de su desarrollo para sentirse más seguros. En el caso de los niños es habitual que vuelvan a mojar la cama o tengan ansiedad de separación, mientras que los adolescentes pueden volver a usar sus juguetes de la infancia o a comenzar a pasar más tiempo en casa.
  • Cambios en su autoestima. Cuando los niños o jóvenes son ridiculizados, es normal que se sientan indefensos, impotentes y comiencen a pensar que no son lo suficientemente fuertes o inteligentes como para afrontar la agresión. De ahí que sea importante que prestes atención a las frases que tu hijo utiliza para referirse a sí mismo.

Si además notas que tu hijo se siente mal, se muestra irritable o triste después de navegar por internet o revisar su teléfono móvil de manera reiterada, podría ser una señal de que está recibiendo mensajes negativos a través de las redes sociales.  

¿Qué hacer si tu hijo sufre bullying?

Identificar que tu hijo sufre bullying es el primer paso. Después llega el momento de tomar cartas en el asunto y ayudarle a afrontar esta situación para evitar que se convierta en un trauma. En este sentido, es fundamental que le muestres tu apoyo incondicional, pases más tiempo con él y mantengas una comunicación lo más abierta y sincera posible para allanar el camino y ayudarle a sentirse seguro. Algunas recomendaciones prácticas que te ayudarán a apoyar a tu hijo en este momento difícil son:

1. Escucha a tu hijo sin juzgarlo

Cuando sabemos que nuestro hijo es víctima de bullying es natural recriminarle que no haya acudido antes a nosotros, nos haya ocultado lo que sucedía o no haya sabido responder adecuadamente al acoso. Sin embargo, esto no sólo no ayudará a nuestro hijo, sino que puede resultar contraproducente, provocando que se encierre dentro de sí mismo y deje de confiar en nosotros. La alternativa consiste en escuchar todo lo que tiene que contarnos sin juzgarlo. Es importante que no le hagas sentir avergonzado, ni le eches en cara las cosas que no ha hecho bien. Sólo así estará dispuesto a escuchar tus consejos, aceptar tu apoyo y dejarse ayudar.

2. Anímale a que te cuente lo que le sucede

Ya sea que hayas descubierto que tu hijo está siendo víctima de acoso escolar o él mismo haya dado el paso de confesarte lo que le sucede, es importante que le animes a seguir hablando del tema. Motívale para que te cuente cómo comenzó todo, qué agresiones y/o humillaciones ha sufrido, quienes están involucrados, qué ha hecho al respecto y, sobre todo, cómo se siente. Anímale a que te hable de sus emociones, del impacto que esa situación está teniendo en su vida cotidiana y cómo afecta a la relación con sus amigos. De esta manera, no sólo conocerás mejor los hechos, sino que le ayudarás a canalizar sus emociones de una manera más asertiva.

3. Déjale claro que no es su culpa

Muchas víctimas de bullying se sienten culpables por esa situación, ya sea porque creen que en realidad merecen ese trato, porque no han sabido gestionar las agresiones o porque no se han atrevido a contar lo que les sucede. En estos casos, es importante que le hagas saber a tu hijo que no es su culpa. Explícale que quizá pudo haber actuado de otra manera ante las agresiones o reaccionado diferente a posteriori, pero que, en ningún caso, las muestras de violencia de las que ha sido víctima son su responsabilidad. De esta manera, le quitarás un gran peso de encima, ayudándole a recuperarse emocionalmente.

4. Hazle saber que puede contar contigo

A veces damos por sentado que nuestros hijos saben que pueden contar con nosotros siempre que lo necesiten y pasamos por alto recordárselo. Sin embargo, en este caso es fundamental que tu hijo sepa que puede contar contigo, así que díselo claramente. Esto no solo hará que se sienta apoyado, sino que reforzará la confianza en sí mismo y le ayudará a afrontar la situación con mayor seguridad. Por tanto, aunque creas que ya lo sabe, dile una vez más que puede contar con tu apoyo incondicional y que si necesita hablar o desahogarse estarás ahí para él.

5. Refuerza su autoestima

Ser víctima de acoso escolar afecta a la autoestima. De ahí que sea normal que tu hijo pueda desarrollar sentimientos de inferioridad, creer que no es lo suficientemente bueno, valiente, resiliente o que se sienta menos que los demás. Sin embargo, tener una baja autoestima no hará sino empeorar el problema. Por tanto, si quieres ayudarlo, comienza por reforzar su autoestima. Hazle saber lo valiente que ha sido durante todo el proceso o al dar el paso de contar todo lo que le ha sucedido, en caso de que lo haya hecho. Destaca sus mejores virtudes y habilidades.  

6. Bríndale herramientas para afrontar el acoso

Muchos niños y adolescentes no conocen qué es el bullying ni cuentan con herramientas para lidiar con el acoso de manera asertiva. Por eso, es fundamental que le brindes a tu hijo información sobre este fenómeno. Explícale que es algo que puede sucederle a cualquier persona y, si conoces algún caso de bullying, cuéntale esa experiencia para que sepa que no está solo. Asimismo, bríndale algunas recomendaciones para que pueda afrontar este tipo de situaciones de manera menos traumática. Eso sí, en ningún caso le aconsejes recurrir a la violencia.  

7. Llega a un acuerdo sobre el plan de acción

A veces cuando los padres saben que sus hijos son víctimas de acoso escolar deciden tomar las riendas de la situación, obviando lo que estos quieren. Sin embargo, esto no sólo puede hacer que tus hijos pierdan la confianza en ti, sino que coarta su capacidad de decisión. Por tanto, hazle partícipe del proceso, proponle tus alternativas y pregúntale cuál cree que es la mejor solución. Si no está de acuerdo, respeta su punto de vista e intenta llegar a un punto en común. De esta manera, él sentirá que le tienes en cuenta y estará más dispuesto a cooperar.

Por último, si crees que tu hijo está sufriendo, las consecuencias del acoso han calado hondo y no sabes cómo ayudarle, puedes buscar la orientación de los profesionales de la psicología. En muchos casos, este tipo de situaciones se pueden solucionar a través de la terapia, en la que un psicólogo os brindará a ti y a tu hijo las herramientas necesarias para afrontar de manera asertiva el acoso escolar, lidiar con sus consecuencias y trabajar en su prevención.

En Therapyside encontrarás profesionales que te pueden aconsejar, apoyar y ayudar a alcanzar tu mejor versión.