Autoestima
9/5/2023
5
min

Rol de la madre perfecta: ¿cómo lidiar con ese estándar social de perfección?

La relación entre madre e hijo es crucial para el desarrollo emocional y cognitivo del niño. Desde la perspectiva de la teoría del apego, el niño establece un vínculo emocional con su cuidador principal (en la mayoría de los casos, la madre) y esta relación se considera fundamental para su desarrollo. El apego se refiere a la capacidad de un niño para sentirse seguro y protegido en la presencia de su cuidador y es un factor clave en la formación de relaciones saludables y en la capacidad de regular las emociones.

Según Bowlby, la formación de un vínculo de apego entre madre e hijo es una necesidad biológica para el desarrollo y la supervivencia del niño. La madre desempeña un papel fundamental en la creación y el mantenimiento de este vínculo, y su capacidad para responder a las necesidades del niño de manera sensible y adecuada es esencial parea nutrir ese apego.

En la actualidad, muchos estudios han investigado la relación entre la calidad del vínculo de apego entre madre e hijo y el desarrollo posterior del niño. Por ejemplo, se ha demostrado que los niños con un vínculo seguro de apego con su madre son más propensos a tener mejores relaciones con los demás, menos problemas de comportamiento y ser más competentes emocionalmente, a diferencia de los niños que han experimentado un vínculo de apego inseguro con su madre.

Para las madres, el desarrollo de un vínculo de apego seguro con su hijo es una tarea compleja que requiere sensibilidad y capacidad de respuesta. Las madres que pueden sintonizar con las necesidades de sus hijos y responder de manera adecuada son más propensas a establecer un vínculo de apego seguro con su hijo. Por ello, la figura de la madre es sin duda una de las más importantes y significativas en la vida de cada uno de nosotros. 

El bienestar emocional en las diferentes etapas de la maternidad

Dada la importancia de esta figura, es importante recalcar el gran peso que tienen la salud mental y el bienestar emocional de las madres, tanto para sí mismas como para el establecimiento de la relación con sus hijos, independientemente de la fase de la maternidad en la que se encuentren:

  • Embarazo, postparto y lactancia: el embarazo, el postparto y la lactancia son etapas cruciales en la vida de una madre y de un bebé. A menudo, se espera que las madres sean capaces de llevar a cabo estas tareas de manera perfecta y sin esfuerzo, de forma intuitiva y simplemente por el hecho de ser madres. Sin embargo, la realidad es que estas etapas pueden ser difíciles y desafiantes para muchas mujeres. Se espera que las madres se adapten rápidamente a la nueva vida después del parto y que puedan amamantar a sus bebés sin dificultad, sin embargo, las madres pueden sentirse abrumadas por las demandas de cuidar a un recién nacido. La presión para ser una "buena madre" puede llevar a sentimientos de culpa y ansiedad si tienen dificultades para amamantar o si experimentan problemas emocionales como la depresión posparto. También pueden sentirse aisladas y solas si no tienen un buen sistema de apoyo.
  • Infancia: la etapa de la infancia de los hijos, sobre todo siendo madre primeriza, también puede ser una experiencia abrumadora. Se espera que sean capaces de cuidar de sus hijos sin ayuda, y que puedan hacer frente a todas las nuevas responsabilidades que esto implica. Estos estándares pueden ser especialmente difíciles para las madres primerizas que no tienen experiencia previa en el cuidado de un bebé. Pueden sentirse inseguras e inexpertas acerca de cómo cuidar a su bebé y pueden sentir que deben cumplir con todos los estándares fijados para conseguir ser buenas madres.
  • Adolescencia: las madres también pueden experimentar estrés y ansiedad durante las diferentes etapas de la vida de sus hijos, en especial durante la adolescencia, una etapa de muchos cambios y rebeldía. Cuando los hijos llegan a la adolescencia, la presión para ser una "madre perfecta" puede cambiar de una preocupación por la alimentación y el sueño a preocupaciones sobre la educación, el comportamiento y las amistades de los hijos. Las madres pueden sentirse culpables si sus hijos no cumplen con ciertos estándares, como obtener buenas notas o tener amigos "adecuados".
  • Juventud/etapa adulta: incluso cuando los hijos crecen y se vuelven independientes, la presión para ser una "madre perfecta" puede persistir. Las madres pueden sentir que deben seguir siendo un modelo de conducta para sus hijos, o pueden sentir que deben estar siempre disponibles para ayudarlos. 

Consecuencias psicológicas del estándar de la madre perfecta

Las madres que no pueden cumplir con estos estándares pueden sentirse inadecuadas y culpables. También pueden experimentar estrés, depresión, ansiedad y baja autoestima. Además, la presión asociada en cada etapa a ser una "buena madre" puede provocar que las mujeres se sientan aisladas y solas. Esto no sólo puede afectar al bienestar emocional de las madres, sino que puede tener repercusiones negativas también en la relación de estas con sus hijos.

Es importante tener en cuenta que estas expectativas son inalcanzables, que no hay nada de malo en pedir ayuda y apoyo en cualquier momento que se necesite y que la maternidad puede ser un proceso que conlleve muchos estados emocionales positivos, pero también es una etapa de grandes retos, desconocimiento y reajustes vitales que pueden afectar enormemente a nuestro bienestar emocional.

Cómo lidiar con los estándares de perfección de la maternidad

Para ayudar a las madres a lidiar con estos estándares de perfección, es importante proporcionarles apoyo emocional y práctico. Algunas recomendaciones pueden incluir:

  1. Buscar apoyo social de amigos y familiares: no es necesario que las madres enfrenten solas los desafíos de la maternidad. Buscar apoyo y ayuda de amigos o familiares puede marcar una gran diferencia en su salud mental y bienestar emocional.
  2. Reservar tiempo para una misma: las madres pueden sentirse abrumadas por las demandas de la maternidad y, muy frecuentemente, pueden olvidar cuidar de sí mismas. Sin embargo, tomarse el tiempo para hacer actividades que resulten agradables, como el ejercicio, la meditación o cualquier otra actividad que disfruten puede mejorar su bienestar emocional y físico.
  3. Ser amable y compasiva con una misma: ser madre es un trabajo difícil y nadie es perfecto. Es importante que las madres se muestren amables y compasivas consigo mismas y reconozcan que cometer errores y enfrentar limitaciones es también una parte del proceso de aprendizaje.
  4. Establecer expectativas realistas: es importante comprender que cada familia es única y que lo que funciona para una familia puede no funcionar para otra. Establecer metas realistas y alcanzables para la familia puede ayudar a evitar sentimientos de frustración y culpa en las madres. Es recomendable evitar hacer comparaciones con otras familias y otras madres, ya que cada situación es diferente y las necesidades de cada núcleo familiar son distintas.
  5. Acudir a grupos de apoyo de madres: conectar con otras madres que están pasando por experiencias similares puede ser de gran ayuda. Los grupos de apoyo de madres pueden proporcionar un lugar seguro para compartir experiencias y consejos, y también pueden ayudar a combatir el aislamiento y la soledad.
  6. Hablar abiertamente sobre los sentimientos: no tener miedo de hablar con su pareja, amigos o familiares acerca de los sentimientos y preocupaciones es importante para las madres. A veces, sólo hablar con alguien puede marcar una gran diferencia en la salud mental y el bienestar emocional.
  7. Recurrir a la ayuda profesional: es recomendable cuando se necesita cambiar la forma de afrontar las situaciones y adquirir recursos psicológicos para manejarse en el día a día.

En conclusión, ser madre es una tarea difícil y exigente, que conlleva grandes expectativas y presiones tanto internas como externas. Las madres pueden experimentar sentimientos de culpa, estrés, ansiedad y depresión, especialmente si tratan de cumplir con los estándares inalcanzables de perfección que se les imponen familiar y, sobre todo, socialmente. Sin embargo, hay formas de abordar estos desafíos y mejorar la salud mental y el bienestar emocional.

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