Crecimiento personal
18/7/2023
8
min

Autocuidado en vacaciones: ¿se puede practicar sin dejar de disfrutar?

Las vacaciones de verano, uno de los momentos más esperados del año, ya están aquí. Y con ellas llegan los planes más deseados, las siestas, los paseos en la naturaleza, el tiempo con los amigos, los días en la playa o las maratones de películas. Una oportunidad para desconectar de nuestra rutina, hacer una parada en nuestra ajetreada vida cotidiana y dedicarnos tiempo a nosotros mismos. O al menos esto es lo que esperamos. De hecho, cuántas veces no hemos recreado en nuestras mentes el momento en el que podemos, finalmente, olvidarnos del trabajo por un tiempo y centrarnos en nuestro autocuidado y las actividades que más disfrutamos.

Sin embargo, lo cierto es que a veces nuestras expectativas pueden hacerse trizas contra el muro de la realidad. Le sucede al 34% de los trabajadores que sufre estrés vacacional porque no pueden olvidarse del trabajo durante sus vacaciones y esto les genera una constante ansiedad que les impide disfrutar de su descanso, pero también a los que planifican tantas actividades que luego necesitan unas vacaciones de las vacaciones o a los que creen que sólo con descansar conseguirán distraer y relajar su mente. No hay duda de que las vacaciones son necesarias para mantener nuestro bienestar psicológico, estimular nuestra creatividad y mejorar nuestra toma de decisiones pero, si quieres aprovecharlas en todo su potencial, no sólo es importante que materialices tus planes más deseados, sino que también dediques tiempo a tu autocuidado.

Más allá del descanso: el verdadero autocuidado en vacaciones

Solemos pensar que irnos de vacaciones es sinónimo de autocuidado, pero no es necesariamente así. Creemos que hacer una pausa en la rutina cotidiana, tomarnos los planes con una actitud más relajada y dedicar más tiempo al descanso es suficiente para combatir el estrés acumulado, reiniciar nuestra mente y recuperar nuestro equilibrio emocional y cognitivo. Sin duda, el descanso durante las vacaciones contribuye a relajarnos y reduce los niveles de ansiedad, a la vez que ayuda al cuerpo a recuperarse de los efectos que causa el estrés. También ayuda al cerebro a reducir la actividad neuronal y organizar la información, lo que contribuye a reforzar los nuevos conocimientos y a poner distancia emocional con los problemas para luego tomar mejores decisiones, como reveló un estudio realizado en la University of Southern California. Sin embargo, el verdadero autocuidado no se reduce únicamente al descanso.

El autocuidado hace referencia al conjunto de acciones y actitudes que asumimos de manera voluntaria y deliberada con el objetivo de mejorar nuestra salud física, social y psicológica. En palabras de las psicólogas Leonor M. Cantera y Frances M. Cantera, no es más que “el desarrollo de habilidades para el manejo de las emociones, que permiten, de manera activa y consciente, el cuidado en primera persona al tiempo que se interviene con el objetivo de promover el bienestar personal y colectivo”.

De esta manera, el autocuidado no sólo implica descansar bien, llevar una dieta saludable y practicar ejercicio físico para cuidar nuestro cuerpo o practicar yoga o mindfulness para sentirnos más centrados, sino que también requiere un ejercicio de autoconocimiento profundo en el que tomemos consciencia de nuestras necesidades psicológicas y sociales como primer paso antes de pasar a la acción. El verdadero autocuidado implica responsabilizarte por tu bienestar emocional y tu salud cognitiva, cuidar tus pensamientos, así como ser fiel a ti mismo y tus necesidades en todo momento, incluso durante las vacaciones.

Contrariamente a lo que muchos creen, dedicar tiempo al autocuidado en las vacaciones no representa una carga añadida ni debería considerarse una obligación que nos impida disfrutar libremente del tiempo de ocio, sino todo lo contrario. De hecho, no son conceptos excluyentes. Disfrutar plena y conscientemente de las vacaciones es también una forma de autocuidado, de la misma manera que las acciones de autocuidado que emprendemos pueden convertirse en una forma de disfrutar de las vacaciones.  

7 hábitos de autocuidado a tener en cuenta en vacaciones

Dispuestos a practicar el autocuidado durante las vacaciones, lo primero que nos viene a la mente son aquellas acciones que emprendemos para cuidar nuestra salud física, desde mantener una dieta sana y equilibrada y realizar actividad física hasta dormir al menos 8 horas al día. Sin embargo, lo cierto es que, aunque la salud física es un aspecto importante del autocuidado, también hay otras dimensiones igual de significativas, como la emocional, la cognitiva y la social. Esto significa que, si de verdad quieres aprovechar las vacaciones para desconectar y fomentar tu bienestar, hay otros hábitos de autocuidado que no debes pasar por alto.

1. Practica la desconexión digital

A muchas personas les cuesta desconectarse de los dispositivos digitales durante sus vacaciones. De hecho, no es extraño verlas revisando el teléfono móvil mientras disfrutan del sol en la playa o pendientes de las notificaciones cuando conversan con los amigos. El problema es que este hábito no sólo te impide disfrutar del momento presente, sino que puede añadir una dosis de ansiedad y estrés a tus vacaciones.

Por tanto, uno de los hábitos de autocuidado que deberías implementar en tu período de descanso es una mayor desconexión de tus dispositivos digitales. Lo ideal sería que durante tus días de descanso desconectases las aplicaciones y notificaciones que llegan a tu teléfono móvil. En cualquier caso, evita revisar tus dispositivos continuamente. Una estrategia muy útil puede ser dedicar sólo media hora al día a revisar los mensajes y el resto del tiempo mantener tu teléfono silenciado o apagado.

2. Mantén una buena higiene del sueño

El sueño es fundamental para nuestra salud física y psicológica. No sólo te ayuda a reponer energías, sino que mientras duermes tu cerebro elimina todas las toxinas que se han acumulado durante el día, a la vez que aprovecha para organizar la información. Además, es un aliado excelente para combatir el estrés y la ansiedad, ayuda a fomentar la creatividad, mejora la concentración y contribuye a que tomes mejores decisiones. De ahí la importancia de mantener unos buenos hábitos de sueño también en vacaciones.

Esto no sólo te ayudará a aliviar las tensiones acumuladas, sino que contribuirá a reparar los daños inflamatorios que causa el estrés en tu cerebro, mejorando el funcionamiento de tus capacidades cognitivas. En este sentido, se recomienda dormir al menos 8 horas al día y mantener un horario regular para evitar desajustes innecesarios cuando vuelvas a la rutina. Asimismo, evita hacer actividades que activen tu mente y tu metabolismo antes de ir a la cama y, si es posible, haz entre 30 y 45 minutos de siesta. Se ha demostrado que este sencillo hábito puede mejorar tu rendimiento psicológico.

3. Combina aburrimiento y estimulación a partes iguales

Cuando nos vamos de vacaciones lo último que queremos es poner a trabajar a nuestra mente. El solo hecho de pensar en aprender algo nuevo o reflexionar sobre un tema nos agota por adelantado. Nos sentimos exhaustos mentalmente y lo único que queremos es descansar y desconectar. Es completamente normal y, en cierto modo, hasta positivo. Dar vacaciones a tu mente y dejar que se aburra tiene efectos beneficiosos sobre la creatividad y la imaginación, ya que funciona como una especie de incentivo para que la mente se “vacíe” y puedas llenarla con nuevas ideas.

Sin embargo, estimular a tu mente de una manera diferente también tiene sus ventajas. Leer un libro nuevo que despierte tu interés, ir a un museo a disfrutar de las obras de arte o dar un paseo por un destino natural diferente puede activar nuevas vías neuronales y mejorar tus funciones cognitivas. Al final, de lo que se trata es de encontrar un equilibrio entre el descanso y la estimulación que contribuya a relajar tu mente y la incentive con nuevas perspectivas e ideas.  

4. Evita rumiar tus pensamientos

Hoy la mayoría de las personas son conscientes de la importancia de poner freno a los pensamientos negativos. De hecho, muchas cuentan con estrategias efectivas para conseguirlo, trabajan su autoconocimiento, aprenden a identificar y evitar los detonadores de estos pensamientos y emociones o recurren a las afirmaciones positivas para contrarrestarlos. Utilizan estas estrategias en su vida cotidiana, las aplican en el trabajo, en la educación de sus hijos o en sus relaciones interpersonales y les funcionan, pero, a menudo, les cuesta mantener este hábito cuando llegan las vacaciones.

Sin embargo, lo cierto es que durante las vacaciones, al tener más tiempo libre, puedes tener pensamientos negativos recurrentes que, si no frenas a tiempo, pueden echar por tierra todo tu trabajo psicológico y afectar a tu bienestar. Por tanto, otro de los hábitos de autocuidado que deberías mantener en este período consiste precisamente en gestionar esos pensamientos que te impiden relajarte y disfrutar de tu tiempo libre. Para ello, puedes recurrir a las técnicas de relajación o los ejercicios de respiración en casa o durante tus paseos al aire libre. 

5. Practica la atención plena

Las vacaciones también pueden ser un buen momento para comenzar a practicar la atención plena de forma más consciente. Este hábito de autocuidado no sólo te permite prestar más atención a lo que sucede a tu alrededor, sino que te ayuda a centrarte en lo que experimentas en tu interior. Una práctica sencilla que te ayudará a vivir el presente con intención y de forma más plena, a la vez que mejora tu autoconocimiento y concentración, reduce el estrés y la ansiedad y protege tu cerebro de la degeneración.

Para ello, puedes dedicar tiempo a practicar o mejorar tus habilidades en el mindfulness, ejercitar la respiración diafragmática o implementar técnicas de relajación que te ayuden a enfocar tu atención en el momento presente. Los paseos o excursiones en la naturaleza también pueden convertirse en un buen escenario para ejercitar esta habilidad.  

6. Dedica tiempo a compartir con las personas 

Otra de las dimensiones más importantes del autocuidado está relacionada con el hecho de fomentar y fortalecer nuestras relaciones interpersonales con las personas cercanas. Esto porque se ha demostrado que pasar tiempo de calidad con las personas con las que nos sentimos a gusto no sólo ayuda a distraer nuestra mente, combate el estrés y la ansiedad y mejora nuestro equilibrio emocional, sino que también es una buena actividad para reforzar la seguridad en nosotros mismos y mejorar nuestra autoestima.

Por tanto, una buena manera de practicar el autocuidado en vacaciones consiste en retomar el contacto con esos buenos amigos que hace tiempo que no ves, quedar y/o hacer planes con las personas que más quieres o abrirte a conocer gente nueva. Eso sí, asegúrate de que el tiempo que le dediques sea de calidad e intenta estar plenamente presente en su compañía.

7. Mantente activo, pero no olvides descansar

¿Sientes que sólo aprovechas tus vacaciones si llenas tus días de actividades o eres de los que prefiere dedicar este tiempo a descansar? Pues bien, si eres de las primeras personas es bastante probable que exprimas tus vacaciones al máximo, pero luego termines mucho más agotado física y mentalmente que en el resto del año. En el segundo caso, es probable que te invada una sensación de culpabilidad por no aprovechar el tiempo tanto como podrías. Ambos extremos pueden pasarte una alta factura psicológica, por eso lo ideal consiste en conseguir un balance entre las actividades que planificas y el tiempo que dedicas a descansar.

Un método efectivo consiste en utilizar los primeros y últimos días de tus vacaciones para descansar y reponer las energías mientras organizas los planes más activos durante los días intermedios o alternativamente hacerlos en los primeros días de vacaciones donde aún tienes un alto ritmo de actividad. De esta manera, puedes realizar esas actividades que tanto has estado esperando sin comprometer tu adecuado descanso.

Y, por último, no olvides que no hay mejor manera de fomentar el autocuidado en vacaciones que centrándote en disfrutar cada minuto de tus días. Evita planificar cada detalle y, en su lugar, enfócate en vivir cada experiencia al máximo. Concéntrate en las sensaciones del momento y permítete hacer solo aquello que en realidad te satisface y te hace sentir bien. Tu mente y tu cuerpo te lo agradecerán. 

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