Crecimiento personal
3/1/2023
6
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Cómo aprender a vivir los nuevos comienzos con motivación

Llega una nueva etapa en tu vida. La visualizas con ilusión, imaginando las metas antes de empezar a perseguirlas. Llega la hora de crear el hábito de hacer ejercicio o de estudiar todos los días, o el inicio en un nuevo trabajo, con todas las inseguridades que ello conlleva, pero los nuevos comienzos son difíciles y, en muchas ocasiones, te derriban sin que siquiera hayas hecho amago de levantarte.

En realidad, lo más difícil es mantener la motivación a lo largo del proceso para conseguir un objetivo. Ya tienes la ilusión, la oportunidad y las ganas, pero te falta mantener esa chispa que va a proporcionar cinética a tus decisiones y a tu empeño.

La motivación como motor esencial

En ocasiones, la palabra motivación se repite tan a menudo que acaba por perder el sentido, dando la sensación de que es un estado mental reservado para aquellos que han nacido con ella. Sin embargo, está presente en cada acción y en cada decisión que se toma a lo largo del día. 

De hecho, son varias las teorías de la psicología que tratan de dar una definición universal a la motivación. Desde la conocida pirámide de Maslow hasta la teoría de las expectativas perfeccionada por Porter y Lawler, se entiende que esta fuerza para lograr tus objetivos es básica para la supervivencia.

Sin la motivación no podrías levantarte cada día. Se define como el estado de ánimo que cambia la conducta del sujeto para orientarla hacia determinados objetivos: desde el más pequeño, como desayunar un café, hasta el más grande, como comprarse una casa. Además, la motivación es la energía que orienta estos comportamientos hacia la eficiencia: llegar a la meta lo antes posible y con el menor esfuerzo.

Cómo mantener la motivación en los nuevos comienzos

No importa si te has propuesto algo pequeño o grande. Lo que te va a mantener en movimiento es la motivación y, sin ella, tus esfuerzos serán el equivalente a tirar de un carro a pulso, sin ayuda y sin saber cuándo llegarás a tu destino. Por eso, parte de tu trabajo deberá consistir en recordarte por qué tirabas del carro en primer lugar, en tener muy claro, incluso anotado, el propósito de lo que te has marcado. Vamos a ver algunas recomendaciones para ello.

1. Explora y desarrolla tu motivación intrínseca

Según la teoría del factor dual de Herzberg (1967), existen motivadores intrínsecos en cada persona, que contrastan con los higiénicos. Mientras que los higiénicos, aunque estén relacionados con ella, son externos a la tarea y simplemente se refieren a la necesidad de evitar la insatisfacción con la misma, los motivadores intrínsecos se encuentran en el trabajo en sí y son la causa última de la motivación, son factores de motivación que están relacionados con la necesidad de crecimiento y desarrollo personal.

Por tanto, es en estos últimos en los que debes centrar tu atención. Porque encontrar ayudas y apoyos (factores higiénicos) en tu causa será decisivo, pero si no realizas tareas estimulantes, disfrutas de lo que haces, te vuelcas en hacerlo lo mejor posible, te recreas en el sentimiento de autorrealización o en el propio reconocimiento de los esfuerzos, no mantendrás viva la motivación (factores de motivación). Esta parte de ti merece una buena introspección y trabajo de reafirmación.

2. Ajusta tus expectativas

La mencionada teoría de las expectativas de Porter y Lawler (1968) postula que todo esfuerzo humano se realiza con la expectativa de un cierto éxito. Por tanto, es normal y lógico que desees obtener resultados de tus intentos por conseguir un objetivo.

Sin embargo, dónde colocas tus expectativas y qué valencia le asignas a cada éxito es algo que debes manejar conscientemente. Es cierto que, cuanto más valor le atribuyas a un objetivo y más altas sean las expectativas, mayor será la motivación. El problema llega cuando las colocas demasiado alto y esto provoca que la profundidad de una posible caída sea mayor.

Por tanto, es muy importante que midas con realismo tus expectativas y hagas una progresión de las mismas, especialmente si tu objetivo es a largo plazo. De esta manera, lo que esperas obtener estará en armonía con tus capacidades y tu percepción del avance hacia tu meta.

3. Recréate en la pasión por lo que haces

Siempre se puede encontrar pasión en lo que se está haciendo, especialmente en los nuevos comienzos. Es posible que tu objetivo sea algo que quieras conseguir pero que implique un camino desagradable o especialmente difícil para ti, como dejar de fumar, por ejemplo. No obstante, seguro que encuentras algo que te motiva y te apasiona. Seguro que has descubierto que tienes más fuerza de voluntad de la que pensabas o disfrutas tachando del calendario cada día que no has tocado un cigarrillo. Centrar tu atención en esta pasión, disfrutar de la tarea en sí y de todo lo que te reporta a nivel de crecimiento personal y autorrealización es un elemento motivador en sí mismo. 

4. Divide y organiza los pasos hacia tu meta

Si tú estás en el presente y tu meta está situada, digamos, en el próximo año, es muy fácil que por el camino pierdas la motivación si lo concibes como un solo proceso. La mejor manera para mantenerla durante un largo periodo es fragmentar los objetivos y cumplirlos uno a uno. Prueba con este método utilizado en psicología para la adquisición de hábitos:

  • Haz una lista con todos los pasos que necesitas dar para conseguir tu meta.
  • Ordénalos por prioridades o en la sucesión que necesites, por tiempos o dificultad, por ejemplo. Suele ser útil comenzar por tareas sencillas y pequeñas.
  • Planifica los plazos que te quieres dar para cumplir cada uno de ellos.
  • Centra tus esfuerzos en cumplir cada tarea, una a la vez.

5. Prémiate por los logros conseguidos

Esta lista de objetivos mencionada arriba es capaz de mantener tus miras dirigidas hacia donde quieres estar pero, ¿qué sería la motivación sin un refuerzo? Si estás siguiendo esta metodología de dividir las metas por pasos, no dudes en darte una recompensa cada vez que completes uno de ellos. Si, además, puede ser un premio relacionado con la meta en sí, todavía mejor. Esto hará tu camino más llano y mantendrá tu motivación en alza todo el proceso.

6. Compárate solo contigo mismo

Es fácil echar un vistazo a los demás y descubrir que otros han llegado más lejos que tú o que han obtenido mejores resultados. Esto solo te llevará a la frustración o, quizá, a un sobreesfuerzo que acabe por generar una sensación de burnout.

Por eso, dirigir la atención fuera del propio camino solo debe utilizarse para aprender o, en consiguiente, para alegrarte por los demás. Compárate solo contigo y no dudes en recrearte en el progreso que has hecho hasta la fecha. Recuerda que este nuevo comienzo es para ti, no para ser mejor que los demás

7. Trabaja tu tolerancia al fracaso y a la frustración

Como seguramente ya sabrás, en todo camino aparecen obstáculos. Pensarlo a priori puede no tener un correlato emocional muy fuerte, pero cuando nos damos de cara contra ellos la cosa cambia. Ahí es donde entran en juego dos conceptos acuñados por la psicología y que te será de gran utilidad trabajar:

  • Tolerancia al fracaso: se trata de la capacidad para enfrentar y superar experiencias relacionadas con errores y resultados negativos de la propia conducta. Es muy importante responsabilizarse de los propios errores, así como enmendarlos, sin caer en sentimientos de culpa que no te motivan a la acción.
  • Tolerancia a la frustración: las propias limitaciones son uno de los factores que más merman la motivación. Intentar algo por varios medios, sentir que tus capacidades no son suficientes y volver a fracasar una vez más es duro. Es importante trabajar la resiliencia desde el minuto uno y preguntarnos con cada fallo qué hemos aprendido que nos hace más capaces.

8. Apóyate en un psicólogo

Es posible que hayas visto todas estas recomendaciones y hayas pensado “más fácil de decir que de hacer”. Todos tenemos dentro la capacidad para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos, pero no debemos olvidar que no somos islas: en ocasiones, se necesita ayuda para desbloquear capacidades y superar nuestros impedimentos más profundos.

En estos casos, la ayuda de un profesional de la psicología podría ser lo que te falte para terminar de disparar tu motivación. Te dotará de recursos óptimos para la consecución de tus objetivos, te formará en gestión emocional y te acompañará en los momentos más bajos.

En Therapyside encontrarás profesionales que te pueden aconsejar, apoyar y ayudar a alcanzar tu mejor versión.

Con motivación, las metas más difíciles se convierten en recuerdos de superación. Todo puede fallar sin previo aviso, pero lo que queda al final del día son las ganas de llegar al objetivo. Por eso, nunca temas a los nuevos comienzos, pues la motivación será la que te levantará cada día de la cama y te recordará por qué has llegado hasta donde estás. 

Para ayudarte a organizar tus metas para el nuevo año, desde Therapyside queremos compartir contigo esta lista que puedes ir rellenando con los objetivos que quieras cumplir y los plazos asignados para cada uno. Haz clic con el botón derecho sobre la imagen para poder descargarla:

Referencias:

Charles Duhigg , The Power of Habit: Why We Do What We Do in Life and how to change. Random House, New York, 2012.

Norcross, J. C., & Vangarelli, D. J. (1988). The resolution solution: Longitudinal examination of New Year's change attempts. Journal of substance abuse, 1(2), 127-134.

Chin, N. S., Khoo, S., & Low, W. Y. (2012). Self-determination and goal orientation in track and field. Journal of human kinetics, 33, 151.

Alshmemri, M., Shahwan-Akl, L., & Maude, P. (2017). Herzberg’s two-factor theory. Life Science Journal, 14(5), 12-16.

Pardee, R. L. (1990). Motivation Theories of Maslow, Herzberg, McGregor & McClelland. A Literature Review of Selected Theories Dealing with Job Satisfaction and Motivation.